16 julio 2005

CIERTOS ESPEJISMOS

Desde niño siempre fui gran hincha de los yoyos. Desde la época en que mi vista estaba prácticamente a la altura de los mismos en las vitrinas de las panaderías. Pedía yoyos como loco. Siempre. Me encantaba que me mandaran a comprar la flauta y los bizcochos - esas tardes de fin de semana reunidos en familia donde siempre llega el momento en que algún mayor manda a un par de niños que andan jugando en la vuelta - a la panadería. Siempre corriendo. Había dos opciones, pedir autorización para traer algún yoyo o comprar secretamente el yoyo y comerlo en el camino de vuelta.
El ojito apareció como un interés en mi vida mucho más tarde, terminando la adolescencia legal. Hasta esa edad tenía cierto recelo de esos líquidos rojos, en verdad, no tan líquidos, bastante secos, que se encontraban en el centro de esas masas. Desde entonces he alternando estas dos preferencias indistintamente. Con períodos de yoyo y períodos de ojito.
Siempre conocí la existencia del espejito y hasta su nombre, un tanto más críptico que yoyo u ojito. Le temí desde un principio. En este caso, el líquido era cierto y esto creo que era lo que me hacia alejarme de él, prácticamente ignorarlo, en su versión nieve y en su chocolate por igual. Creo que el rojo brillante también me intimidaba. Nunca me había dado cuenta que el espejito de chocolate es realmente la consecuencia de ambos. La sublime consecuencia.
Fue poco tiempo atrás que me animé y todo se me hizo claro en un instante. Ahora lo sé, no hay nada mejor que un espejito. Siempre y cuando sea un buen espejito, los infames que no tienen el suficiente dulce de leche por dentro, no merecen ese honor.
Entonces, creo que esto es muy importante. Yoyo, Ojito, Espejito. Sí consideramos a el período yoyo el primero de la vida de un hombre, ese cuando yo, yo y nadie más que yo puede dominarlo todo. Cuando todavía todo está por verse. Luego podemos considerar que viene el período ojito. Ojito con este período. Este ya creo que es un período donde algunas cosas se empiezan a complicar.
El período espejito lo comencé hace poco así que no me aventuro a juzgarlo. Puede ser ese período donde uno se siente menos enemistado con su reflejo, o algo así.

Veo que mi vida sentimental también encuentra fácilmente estos tres períodos, oh.

16 Comments:

At 3:29 p. m., Blogger hi way said...

El espejo está salado, yo la verdad que no me miro mucho en el espejo. O sea, lo menos posible. Pero eso me parece que es un reflejo de que no gusto mucho de mi mismo. Cosa que no está ni tan mal ni tan bien. Digo hay que quererse, tampoco obsesionarse con la imagen. Pero creo que quererse como imagen está bueno. Porque sin ser redundante, es un reflejo. El post solamente trata de auto transmitir esperanza hacia el período que viene, pero nada asegura que la enemistad con el espejo mejore, obviamente puede ser todo lo contrario.
Sí estamos de acuerdo en que cuando más grande más solo, también estamos de acuerdo, en que cuando más solo, más solo frente al espejo. Pero sin la inocencia de la niñez del yo yo yo, quiero, quiero, quiero.

 
At 3:30 p. m., Blogger hi way said...

Por otra parte estar leyendo comments un sábado de noche, me parece una linda opción de sábado a la noche, original, en tal caso, y capaz mejor que mirar Cecil. B Demented, que me pareció un embole. Comparando dos actividades que uno realiza en soledad, para olvidar el espejo.

 
At 5:31 p. m., Blogger El perrito que reia said...

Genial lo de Fontanarrosa, lo vi en Crónica TV el año pasado.
Buena la idea de los slots.
Sobre Cecil B Demented, es buenísima, hasta MG se destaca, eso es todo un logro.
El espejo siempre trae problemas, basta ver lo que le pasó a Blancanieves y asunto acabado.

 
At 5:34 p. m., Blogger El perrito que reia said...

A propósito del espejito, les recomiendo probar el de El Patriarca, es una panadería que queda en Río Branco pasando Uruguay.
Me gustan mucho los espejitos y ese es el más rico que probé.
No es seco, tiene el dulce de leche justo y la parte de frutilla no tiene ese retrogusto ácido que te saca del juego.

 
At 8:27 a. m., Blogger Tomás Eastman said...

muy buena la prespectiva panadero-confiteril de la vida.
En esa visión. Dónde caen los napoleones?

 
At 10:04 a. m., Blogger hi way said...

A mi el espejito que me viene matando es el de la panadería Mi Libertad (y seguimos con los simbolismos), en Cavia, cerca de Av. Brasil. Repito, Cecil B. Demented es un embole y lo mejor por lejos es MG.

No conozco a los Napoleones, pero que miedo, ni cerca de imaginarse que período es este.

 
At 10:04 a. m., Blogger hi way said...

A mi el espejito que me viene matando es el de la panadería Mi Libertad (y seguimos con los simbolismos), en Cavia, cerca de Av. Brasil. Repito, Cecil B. Demented es un embole y lo mejor por lejos es MG.

No conozco a los Napoleones, pero que miedo, ni cerca de imaginarse que período es este.

 
At 3:05 p. m., Anonymous Anónimo said...

Confiteramente hablando, mi vida a sido marcada por tres etapas: las primeras dos, no las recuerdo, esta última, es la mantequilla. Me niego a ahcer un análisis sobre la metafora que esconde esta fase, me da miedo.

 
At 3:06 p. m., Anonymous Anónimo said...

Confiteramente hablando, mi vida a sido marcada por tres etapas: las primeras dos, no las recuerdo, esta última, es la mantequilla. Me niego a ahcer un análisis sobre la metafora que esconde esta fase, me da miedo.

 
At 3:06 p. m., Anonymous Anónimo said...

esto publica doble, veamos.

 
At 4:46 p. m., Blogger hi way said...

y la mantequilla, viejo, esta todo dicho....

 
At 7:15 p. m., Blogger Ghetta said...

ja! lo jodido va a ser si llegás a un periodo bolas de fraile... para evitarlo tenés que mantenerte firmemente aferrado al espejito.

 
At 8:27 p. m., Blogger El perrito que reia said...

Sí suenaremendo, siempre hay algo peor que la etapa pan con grasa y es la etapa Vigilante, ¿sabés por qué? porque no tenés aguante, es así, lo dicen en todas las canciones de estadio.
Un taxista gallego que había laburado de panadero toda la vida me dijo que lo más noble que se puede comer en una panadería era el Merengue, que eso nunca te iba a caer mal.
Nunca supe si creerle o no, de última el tipo estaba de taxista y no de repostero, confitero, panadero.

 
At 10:39 a. m., Blogger hi way said...

En esa etapa adolescente de (in) definición, nunca probé una bola de fraile. Ahora, dicen que cerca de los cincuenta renacen las dudas y se puede presentar un nuevo interés. Por ahora, ni siquiera sé en que lugar de la panadería se encuentran.

 
At 12:49 p. m., Anonymous Anónimo said...

Bolas de fraile con crema pastelera; eso es lujuria.

 
At 7:13 p. m., Blogger hi way said...

no entiendo

 

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